domingo, 10 de marzo de 2013

Manifiesto contra la violencia obstétrica

Leído en la concentración del pasado ocho de marzo frente al Hospital Clínico Universitario de Salamanca:

Desde el colectivo Pares y El Parto es Nuestro organizamos hoy esta Jornada informativa para hacer visible el problema de la violencia obstétrica que existe en muchos hospitales.

Queremos visibilizar que, lamentablemente, la gran mayoría de maternidades españolas se saltan las recomendaciones de la OMS y las del Ministerio de Sanidad. En Salamanca el número de cesáreas, partos instrumentales, episiotomías, y otras muchas intervenciones injustificadas, supera con creces estas recomendaciones.

Actualmente, si preguntamos a una mujer recién parida “¿Qué tal fue tu parto?” nos dirá casi sin pensar “Todo fue muy bien, no me puedo quejar”. Afortunadamente, en muchos casos es así. Pero, por desgracia, si profundizamos un poco en esa respuesta, en muchos otros casos descubriremos que sí hay motivos para la queja, pues callaban el miedo, la incomprensión, el maltrato físico, la soledad, el maltrato verbal, las prácticas innecesarias y obsoletas, las molestias posparto…

Para algunos puede resultar exagerado, al fin y al cabo, si se acaba dando a luz a un niño sano,”¿de qué te quejas?”. Sin embargo, muchas mujeres que han pasado por estas situaciones quedan marcadas con heridas profundas, a veces emocionales, a veces físicas, que no se olvidan sólo porque “lo importante es que el niño esté bien, esté vivo”.

También ocurre que muchas mujeres no saben que han sido víctimas de Violencia Obstétrica por desinformación. Y porque en esta sociedad la violencia está normalizada y tan integrada en nuestras vidas, que no la vemos.

Las consecuencias negativas de esta violencia son muchas, pero una de las cosas más preocupantes es que la mujer ha perdido: derechos, autonomía, intimidad, protagonismo y capacidad de decisión sobre un acontecimiento tan vital e importante como es el momento del parto y nacimiento de su hijo/a.

Entendemos que el primer paso para generar un cambio en este sentido es devolver a las mujeres su poder y autonomía, haciéndolas partícipes del proceso fisiológico de su parto y del nacimiento de su bebé. Igual que hemos decidido tener un hijo/a, de la misma manera queremos decidir a qué pruebas queremos someternos, y saber el por qué de cada una de ellas.

El segundo paso vendrá cuando la mayoría de los profesionales, y no unos cuantos, como hasta ahora, sean conscientes de su papel de acompañantes del proceso, cuando reconozcan la evidencia científica y trabajen entendiendo que el nacimiento es un proceso fisiológico, no patológico.

Creemos necesario cambiar esta situación y trabajar para que un parto respetado sea lo habitual y no lo excepcional.

POR UN PARTO RESPETADO EN SALAMANCA

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