domingo, 1 de diciembre de 2013

MAMÁS POR SEGUNDA VEZ


Solemos escuchar que con el primer hijo pagamos la novatada, pero que con el segundo ya estamos más curtidas y ya sabemos cómo actuar, que todo es más fácil. Algunas madres nos hemos encontrado con que esto tiene más de tópico que de real, y siguiendo la propuesta de una mamá, nos reunimos para hablar de esta realidad: de lo que es más fácil, de lo que es más difícil, de cómo cambian las cosas, de cómo cambiamos nosotros y cómo afrontamos esta realidad.
Entre otras cuestiones, se abordó cuál sería el momento adecuado para tener un segundo hijo. Para algunas es muy importante esperar al momento en el que hijo mayor se vaya “independizando” de la madre, el momento en que la vaya necesitando menos a ella y más a otras personas del entorno. Para otras familias la decisión se basa más en el hecho de querer que el mayor tenga hermanos o simplemente, querer más hijos.
Sobre la facilidad del segundo hijo, las mamás que estábamos allí encontramos que el 2º hijo en sí mismo y sin tener en cuenta otras cuestiones había sido más fácil. Pero no así la situación global, que se había complicado. El hecho de si el segundo es más fácil o no lo achacamos más al carácter y a las necesidades del bebé que al hecho de que sea segundo en sí mismo. Aunque algunas mamás aportaron el hecho de que con el nacimiento del segundo sí se sentían más seguras de sí mismas, más empoderadas, que habían conseguido contrarrestar o quitar valor a opiniones y presiones ajenas y habían sabido seguir más su instinto. También en general sintieron aumentada su capacidad de organización, y la seguridad de que “todo va a salir bien”, cosa que no habían ocurrido con el primer hijo.
Así mismo se habló sobre la agitación del amamantamiento. Las allí presentes la pasamos en diferentes momentos. En algunos casos sucedió el destete espontáneo del mayor durante el embarazo del pequeño, pero en otros casos se mantiene la lactancia en tándem.
Otra cuestión que se trató fue el cómo compaginar las necesidades de ambos. Aquí todas las presentes encontramos que ha habido etapas muy duras, algunas de las cuales persisten en la actualidad. Las necesidades de ambos son muy diferentes y a menudo hay que elegir entre las de uno y otro. En algunos casos se ha podido compatibilizar ambas de una forma muy aceptable y armoniosa, en otros casos no ha sido posible, y esto ha generado nuevos conflictos. Posiblemente estos conflictos son menores en casos en el que cuidado de los niños pueda ser compartido por varias personas o en casos de niños que no necesiten demasiada atención, que sean “bastante independientes”.


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